Legio Laniaskara

La Legio Laniaskara, también conocidos como Los Empaladores, es una Legión Titán Traidora del Mechanicum Oscuro que una vez tuvo su hogar en el mundo forja de Valia-Maximal. Como guardianes de dicho mundo, el papel principal de la Legio Laniaskara era la erradicación de las bestias gigantes que habitaban bajo los cáusticos mares del mundo forja. Estos conflictos se libraban en los confines de las cuevas submarinas, lo que llevó a los Empaladores a emplear tácticas directas y brutales. Estas se refinaron aún más durante la Gran Cruzada, ejemplificadas en manípulos de sus ingenios arrasando fortificaciones enemigas con armamento de corto alcance y cargas casi suicidas. La legio participó en la Herejía de Horus pero desapareció al concluir la campaña conocida como el Cataclismo de Hierro junto con todos los demás habitantes de su mundo forja. Se desconoce su presente.
Historia

Cuando las huestes de la Gran Cruzada llegaron al mundo forja de Valia-Maximal habiendo disfrutado de un período de relativa paz en la expansión del naciente Imperio en las regiones vecinas, encontraron un mundo resistente a la noción de servidumbre. Ubicados al este galáctico de Graia, los magos de Valia-Maximal, en el momento de su redescubrimiento, habían reclamado más de dos docenas de sistemas estelares y sus esfuerzos iban dirigidos hacia la expansión de su territorio. Después de haber luchado durante mucho tiempo contra las depredaciones del Cónclave de Hydrinoxis, un imperio extinto fundado por una unión entre la Humanidad y los xenos, Valia-Maximal no deseaba gobernantes externos. Aunque rápidamente se establecieron canales diplomáticos entre las dos partes, los gobernantes del mundo forja creían que una demostración de fuerza solidificaría su posición dentro de tales negociaciones. Con dicho acto demostraron lamentablemente su ignorancia sobre la escala del poder militar que poseía el Imperio.
Liderada por legionarios de la Guardia del Cuervo, la 114.ª Flota Expedicionaria irrumpió en el Sistema Valia-Maximal, cayendo sobre el mundo forja con una brutal eficiencia. Para combatir a la Legio Laniaskara, los ingenios de la Legio Astraman se desplegaron en lo que iba a ser el primer gran conflicto en el que participarían tras la incorporación de Graia al Imperio. En las semanas solares posteriores al despliegue sobre el terreno, los defensores de Valia-Maximal fueron rechazados constantemente, lo que llevó al líder mundial a reabrir los canales diplomáticos en un esfuerzo por forjar un resultado pacífico cuando ya era evidente la inminente conquista imperial. El acuerdo se logró mientras todavía se libraba la batalla y Valia-Maximal se inclinó ante las demandas de Marte tras recibir garantías sobre su supervivencia y el bienestar del mundo forja y su población.

Aunque se había logrado la paz, la difusión de este acuerdo de sometimiento a las fuerzas terrestres resultó inadecuada y tarde, lo que provocó la muerte de cientos de miles de personas y la caída de varias ciudades forja importantes a manos de los cañones de la Legio Astraman antes de que cesaran definitivamente todos los combates. Este acto singular, aunque no nació de la mala voluntad sino de la ignorancia, consolidó a Graia como un nombre odiado entre la gente de Valia-Maximal, un rencor que sería reavivado décadas más tarde. Aunque resistentes a la llegada del Imperio, los años siguientes al acatamiento resultaron lucrativos para Valia-Maximal. De considerable interés para el antiguo Mechanicum fue el descubrimiento y producción de endurecidas aleaciones únicas del mundo forja, creadas mediante el tratamiento de ciertos elementos con una mezcla única de gases y líquidos extraídos de los vastos y cáusticos mares de Valia-Maximal. Tales aleaciones demostraron ser altamente resistentes tanto a la corrosión como al daño del plasma, lo que permitió la producción de máquinas de guerra capaces de desplegarse durante más tiempo en mundos mortales para la vida natural. Con la ayuda de Marte, la producción de tales aleaciones se incrementó enormemente y Valia-Maximal entró en un nuevo período de prosperidad, en el que guardó de cerca sus secretos para que nadie adquiriera el conocimiento del proceso.
Herejía de Horus

Dada la enemistad contínua entre Valia-Maximal y Graia, es notable que se emitiera rápidamente una declaración de apoyo al Señor de la Guerra Horus pocos días después de que llegaran noticias de la contínua lealtad de Graia para con Terra cuando la guerra civil envolvió a la Humanidad. Los conflictos entre los dos mundos forja fueron poco frecuentes durante los primeros años de la Herejía de Horus, aunque ninguno se oponía a atacar directamente el territorio del otro. Es importante destacar que Valia-Maximal se apresuró a apoderarse de cualquier mundo que alguna vez hubiera sido leal a sus señores, estableciendo un anillo de hierro alrededor del mundo forja a medida que expandía su esfera de influencia. En el ámbito de la guerra más amplia, Valia-Maximal no se quedó inactivo en su apoyo a los aliados fuera del Cinturón de Hierro, enviando un suministro constante de flotas con material a las zonas de guerra dentro del Segmentum Ultima. Tales envíos de suministro a menudo chocaban con flotas opuestas que no tenían designaciones obvias o marcas de lealtad, aunque no está claro si tales flotas fueron enviadas por los leales al Emperador o no eran más que bandidos oportunistas.
El Divino Iluminador
Antes de la llegada de las arcas exploradoras del Mechanicum, las gentes de Valia-Maximal depositaban su fe en los restos de tecnología que quedaron tras la ruina de su civilización durante la Era de los Conflictos. Se creía que tales fragmentos eran piezas de la esencia de un ser conocido como “El Divino Iluminador”. Fue en esta deidad donde las tecno-tribus pusieron su confianza, lo que dio como resultado el crecimiento de una casta de sacerdotes que atesoraban conocimientos relacionados con el funcionamiento de dicha tecnología, legándolos a sus sirvientes favoritos con moderación. La llegada del Mechanicum significó la destrucción de la teocracia que gobernaba Valia-Maximal, aunque algunos eruditos externos han argumentado que el Mechanicum simplemente reemplazó una deidad por otra.
La aceptación del Mechanicum como nuevos gobernantes resultó sencilla para las tribus, ya que los tecnosacerdotes de Valia-Maximal demostraron un dominio sin precedentes de la tecnología. Los ingenios de la Legio Laniaskara fueron percibidos como avatares divinos, la ira del Divino Iluminador manifestada en carne y metal. Para fomentar esta creencia, los princeps de la Legio Laniaskara decoraban las afueras de las tierras tribales con los cadáveres de las bestias bajo los mares cáusticos del mundo Forja, una práctica que condujo al apodo de “Los Empaladores”, el apelativo que la Legio Laniaskara obtuvo mucho antes de la llegada del Imperio.
Campañas notables
Gran Cruzada y Herejía de Horus
Acatamiento de Arachnus (954.999.M30) – Llamado así por la raza de megafauna parecida a los arácnidos que una vez caminó por la superficie del planeta y fueron cazados hasta la extinción por la Legio Venator, Arachnus se sentó en el centro de un imperio-forja que desafió a las ofertas de unidad del Imperio. Al encontrarse con las flotas expedicionarias, Arachnus exigió que respetaran la soberanía del mundo forja para que no sufrieran represalias. En respuesta, el Imperio se movió para conquistar Arachnus, utilizando la fuerza recién adquirida tanto de la Legio Laniaskara como de la Legio Astraman. Tras la pérdida de más de las tres cuartas partes de su imperio y el agotamiento del número de miembros de la Legio Venator, los señores de Arachnus se rindieron al Imperio, reacios a condenar su mundo al olvido.
- Choque en Pioro III (010.M31) – La noticia de la traición del Señor de la Guerra Horus en Isstvan V fue recibida con poca fanfarria o indignación dentro del Cinturón de Hierro, ya que pocos en la región estaban ansiosos por confirmar dónde se asentaba su lealtad. Por cada mundo que se mostró ansioso por ponerse del lado de los Leales de Graia y Atar-Median a cambio del favor de los mundos forja más grandes, hubo quienes ofrecieron solo palabras vacías en respuesta y el tiempo demostraría que su lealtad había sido comprada por el traicionero Fabricador General Kelbor-Hal de Marte. En Piora III, catorce titanes fueron derribados mientras los enfrentamientos de largo alcance entre la Legio Laniaskara y la Legio Astraman se intensificaban y morían casi la totalidad de los millones de habitantes atrapados en el fuego cruzado.
- Cataclismo de Hierro (010.M31): Al otro lado de los sectores fronterizos del Segmentum Tempestus y Segmentum Pacificus se encuentran numerosos mundos forja menores conocidos colectivamente como el «Cinturón de Hierro». Desde la ruptura del Imperio, muchos se habían declarado a favor de la causa del Traidor en la ingeniería del Fabricador General de Marte, mientras que otros habían permanecido leales a Terra o buscaban permanecer lo más alejados posible del conflicto. La lucha y el conflicto entre estos mundos una vez alineados finalmente estallaron en una guerra a gran escala en 010.M31, lanzando a los Mundos Forja de Incunabula, Urdesh, Valia-Maximal y Kalibrax alineados con Kelbor-Hal contra las fuerzas de los mundos forja Leales de Graia, Arl’yeth y Atar-Median, mientras que Arachnus y Jerulas Station se hundían en una guerra civil. El conflicto resultante, que más tarde se conoció como el «Cataclismo de Hierro», vio a los señores de la forja, sus ejércitos, las Legiones Titánicas aliadas y las casas de Caballeros enfrentarse entre sí en una guerra prolongada, con decenas de mundos habitados de la región sufriendo al convertirse en campos de batalla.
Asalto sobre Findari Prime (215.010.M31) – En lo que ahora se considera el primer golpe del Cataclismo de Hierro, la llegada de los Guerreros de Hierro llevó a Atar-Median a reunir sus fuerzas para la guerra y caer sobre el Botín de Findari. Aunque el mundo Forja había estado al tanto de los esfuerzos de Kalibrax dentro del sistema durante mucho tiempo, y sospechaba de su lealtad a Kelbor-Hal, fue la llegada de los aliados de Horus lo que hizo caer el telón. Las evaluaciones tácticas del Botín de Findari antes de su invasión revelan el alcance de la transformación emprendida por los traidores. Los bordes exteriores del sistema mostraban una concentración significativa de plataformas de defensa orbital construidas sobre los cinturones de asteroides, mientras que su solitario planeta albergaba una fortaleza de legio parcialmente construida y guarnecida por varios manípulos de la Legio Kulisaetai, mantenidos en su interior en estasis. Deseando el control del sector y sus defensas en lugar de la destrucción total, las fuerzas de Atar-Median, bajo el mando del Princeps Maxima Millicent Nuvarss, Primer Escudo de Atar-Median, dividieron su flota en dos destacamentos. El primero, formado por fuerzas de la Taghmata apoyadas por varios estandartes de la Casa Col’Khak, formó la vanguardia de la invasión, saliendo de la Disformidad muy cerca de las defensas exteriores del sistema. Tras soportar el fuego intenso de las estaciones de defensa, las fuerzas del Mechanicum abordaron rápidamente el primer anillo de defensas y erradicaron metódicamente todo lo que contenían. Mientras tanto, una segunda flota hizo la transición al sistema y se dirigió directamente a Findari Prime. La pérdida de las defensas exteriores dejó a los traidores con baterías orbitales menores para repeler a la flota leal y la segunda oleada de naves tomó el control de la exoesfera del planeta. Hecho esto, el contingente de la Legio Atarus fue desatado sobre el planeta con la intención de tomar el control de la fortaleza. La batalla resultante se desarrolló en dos etapas: la Legio Atarus superó fácilmente las defensas exteriores, custodiadas por un simple puñado ingenios; luego se aventuraron en el interior cavernoso de la fortaleza, brindando al mismo tiempo protección a un grupo de tecnosacerdotes que, tras obtener acceso a los sistemas centrales, arrebataron el control de la fortaleza a los traidores. En los días posteriores a su victoria, la Legio Atarus se desplegópara asegurar su control sobre Botín de Findari, persiguiendo a los ingenios de la Legio Kulisaetai que habían escapado de la caída de su fortaleza, mientras que la Taghmata de Atar-Median, apoyado por los caballeros de la Casa Col’Khak, aseguró las defensas orbitales del sistema. En una sola semana, las fuerzas leales habían reclamando la primera victoria de la campaña.
- Devastación de Yanazar IV (706.010.M31) – La primera señal de alivio para los defensores del subsector Ny’Drinah es una flota de exploración de Atar-Median que ingresa en el sistema Yanazar’ny con la intención de asegurar una cabeza de playa. Con ellos llegan dos manípulos de la Legio Venator enviados desde Arachnus como señal de buena fe al Imperio. Tal acto está motivado por misivas del Palacio Imperial que expresaban su preocupación por el cese de la producción de armas por parte de dicho mundo Forja para la Legio Custodes. Los informes oficiales señalan una disminución de los envíos en los años posteriores a los eventos en el sistema Isstvan, pero la causa son los obstáculos derivados de la creciente tensión entre las facciones políticas de Arachnus. El primer objetivo de la ira de los leales es el mundo Minero de Yanazar IV, un planeta helado que destacaba por poseer concentraciones significativas de depósitos de monacita y bastnäsita bajo su superficie, guarnecidos por un destacamento de titanes de la Legio Laniaskara enviados desde Valia-Maximal. Al amparo de un bombardeo orbital, las Arañas de Hierro, lideradas por el Sub-Princeps Jandolla Altreax, descienden y marchan sobre los traidores que custodian la única franja de canteras mineras que habían sobrevivido a la primera invasión. Cuando se inicia la batalla, la Legio Venator en tierra es alertada de una flota traidora que ha entrado en el sistema. Superados en número en órbita, la flota leal es expulsada y privada de la opción de sacar a sus aliados en la superficie. Los informes finales señalan que el asalto inicial de los Arañas de Hierro resultó exitoso, recuperando el control de las canteras antes de hallarse atrapados en el planeta y enfrentarse a una nueva ola de titanes, esta vez de la Legio Damicium.
- El Asedio de Graia (441.011-642.013.M31) – El conflicto en el Cinturón de Hierro no se limita al subsector Ny’Drinah durante los primeros años, y en la zona este de la región el conflicto esporádico entre Graia y Valia-Maximal se ha convertido en una guerra total. La ventaja residía firmemente en Valia-Maximal, ya que una parte significativa de las fuerzas de Graia estaban comprometidas tanto con la conquista del subsector Ny’Drinah como con la escalada del conflicto dentro del sistema Beta-Garmon. En contraste, Graia había pasado los años antes del comienzo del Cataclismo de Hierro reuniendo sus fuerzas. El papel que Graia jugó en la conquista de Valia-Maximal durante la Gran Cruzada está bien documentado, al igual que las numerosas peticiones denegadas por Valia-Maximal exigiendo reparaciones por el daño que la Legio Astraman infligieron a su mundo. En un deseo de reclamar venganza por tales pérdidas, Valia-Maximal desató sus fuerzas sobre tres sistemas estelares vecinos de Graia, conquistándolos en rápida sucesión y negando a los leales el acceso a varios mundos industriales bien desarrollados que ayudaban a la producción de titanes. En respuesta, Graia envia rápidamente manípulos a los tres sistemas y, al mismo tiempo, retira gran parte de sus fuerzas comprometidas en otras partes de la galaxia, lo que obliga a sus aliados a terminar la conquista del subsector Ny’Drinah. Esta rápida respuesta está motivada por informes de que el Magos Dominus-Alpha Hieroneyum, comandante general de los clados de Valia-Maximal y responsable de la muerte de miles de millones al servicio de Graia, está presente en la línea del frente. No tarda en hacerse evidente para las fuerzas leales que los movimientos de Valia-Maximal eran una finta, pues los supervivientes contaban historias de una breve invasión, seguida de una rápida retirada. Mientras las flotas leales registran el sistema en busca del enemigo, llegan mensajes de Graia que revelan el verdadero plan de los traidores: un asalto directo al planeta. Aunque carentede gran parte de su flota y de la legio, Graia no está indefensa, pues su red de defensas orbitales es capaz de propinar un golpe considerable a la flota invasora. Para contrarrestar esto, Valia-Maximal ha reacondicionado varios de sus acorazados con cañones Nova muy modificados, destinados a superar las estaciones orbitales de Graia. Mientras la batalla se desarrolla en órbita, una fuerza de ataque de Legio Laniaskara desembarca, asegurando una amplia franja de forjas antes de que pueda reunirse una defensa eficaz. Los intentos de aterrizar fuerzas terrestres adicionales resultan inviables, y algunos informes sugieren movimiento entre la red de estaciones espaciales, a pesar de que no hay registro de su capacidad para hacerlo, en contra directa a los movimientos de la flota traidora. Con el tiempo, la flota traidora se retira del sistema Graia, dejando más de 30 titanes de la Legio Laniaskara que participan en una campaña sostenida de destrucción por la superficie de Graia.
- Quema de Malhanr (386.012.M31) – la destrucción provocada por los Traidores en el Cinturón de Hierro provocó una hambruna generalizada, ya que los mundos agrícolas solían ser el objetivo de la agresión debido a la falta de defensas capaces de repeler incluso a un puñado de titanes. Los intentos de obtener alimentos de otras partes de la galaxia resultaron insostenibles, ya que innumerables mundos habían sido saqueados tanto por las fuerzas leales como por las traidoras, lo que dejó a la mayoría de los planetas sin voluntad o incapacidad de compartir recursos. Para reponer las menguantes reservas de alimentos, ambas partes se movieron para redistribuir una parte de sus fuerzas para asegurar cualquier mundo agrícola capaz de continuar la producción. Fue esta causa la que llevó tanto a la Legio Atarus como a la Legio Laniaskara al mundo de Malhanr, los dos bandos en guerra causaron un daño irreversible al ecosistema, lo que lo hizo incapaz de producir alimentos y privó al sistema de otro precioso mundo agrícola. La situación en Malhanr se volvió cada vez más complicada cuando una flota de asalto xenos, que ya no estaba contenida por las flotas imperiales que una vez patrullaban los sectores circundantes, arrasó con las flotas imperial y traidora que orbitaban el planeta, dejando varadas ambas fuerzas sobre el arruinado mundo agrícola. con pocas esperanzas de rescate. Negada cualquier posibilidad de escape o refuerzo, la guerra contra Malhanr continuó de todos modos, con ambos lados recurriendo a tácticas de guerrilla mientras los Firebrands y los Empaladores buscaban la destrucción total el uno del otro, su conflicto se entremezclaba con enfrentamientos contra los invasores xenos que descendieron sobre el planeta. Solo años más tarde se reveló el destino de aquellos que lucharon en la superficie de Malhanr, cuando los grupos de desembarco imperiales descendieron sobre el planeta y fueron recibidos por un solo titán atracador Legio Atarus maltrecho llamado Fuego de resolución. El único superviviente del conflicto, el Fuego de la Resolución estaba manchado y golpeado por años de guerra, pero el dios-motor permaneció intacto, siete nuevas marcas de muerte crudamente pintadas en su armadura.
- Avance imparable: silencio entre las estrellas (211.013-461.014.M31) – El Asedio de Arachnus, la Caída de Urdesh y el Bloqueo de Kalibrax casi ponen fin a la amenaza traidora dentro de la región del Cinturón de Hierro. Aunque mundos Forja menores seguían mostrando signos de rebelión, pocos podían disputar el poder de Atar-Median y la Legio Atarus es desplegada por todo el Cinturón de Hierro. Muchas de estas flotas tratan de responder a las llamadas de socorro ignoradas durante mucho tiempo, y aunque tal propósito es noble, resulta en gran medida inútil. El Cinturón de Hierro no queda libre de guerras pues Graia permanece enfrascado en una guerra sin fin contra Valia-Maximal. Los leales se enfrentan a una campaña de desgaste metódica y orquestada por el Magos Dominus-Alpha Hieroneyum, que buscaba dispersar la fuerza de Graia mediante una serie de fintas y golpes de mano. Su muerte en el mundo industrial de Nalindeer es motivo de una gesta heróica, pues fue mediante el sacrificio de tres titanes Warhound de la Legio Astraman (Bestia de la Forja, Sire Fiel y Venator Ultima) que se logró destruir el Ordinatus Valia, centro de mando traidor. La muerte de Hieroneyum desorganiza Valia-Maximal, y ningún mando demuestra ser capaz de llenar el vacío. Aunque son incapaces de organizar un plan coherente, el difunto Magos había preparado bien las defensas del mundo Forja, y una línea inquebrantable de mundos aún desafía a Graia. Estos mundos habían sido convertidos en planetas-fortalezas a una velocidad antinatural, prometiendo un coste en vidas astronómico. De los 16 intentos registrados para capturar los “Mundos Sangre Férrica”, solo uno tiene éxito: la toma del ahora mundo muerto de Eristara a costa de 11 ingenios de la Legio Astraman y unos 250.000 muertos de la Taghmata Mechanicum. Durante casi un año, Graia ataca Valia-Maximal, arrojando a millones en el picadero de carne hasta quedar prácticamente desangrado. Entonces, como provocado por alguna señal predeterminada, las flotas de Valia-Maximal se retiran más allá de sus planetas-fortaleza. Para cuando Graia lanza una nueva acometida, superado el desconcierto, no encuentran más que silencio: diez mundos muertos y los pasillos de sus fortificaciones vacias. Un destino similar, aunque más desconcertante, ha caído sobre Valia-Maximal. Ha sido despojado de sus ciudades-forja, quedando solamente las piezas dispersas de las industrias que una vez habían unido a esta. Sobre la superficie, la fuerza de desembarco inicial no encuentra más que los caparazones ahuecados de titanes de la Legio Astraman que habían caído en años anteriores, colocados en posturas de gran sufrimiento y mantenidos por andamios construidos con patrones tales que llevan a muchos de los que los ven al borde de la locura. En cuanto a cómo o por qué ocurrió la muerte o marcha de Valia-Maximal, nadie lo sabe.
Fuerza material
Tras el redescubrimiento de Valia-Maximal, la Legio Laniaskara tenía la fuerza suficiente como para ser clasificada como una legio de grado Primus. El subsiguiente conflicto con el Imperio, combinado con los tratados de penitencia impuestos al mundo Forja tras su subyugación, resultó en una degradación de su potencial, junto con restricciones de crecimiento. Como resultado, al comienzo de la Gran Cruzada, los registros oficiales estimaron que la Legio Laniaskara poseía entre 100 y 120 ingenios, principalmente Reavers y Warlords, más un puñado de Warbringer Nemesis y Punisher. Estimaciones posteriores sugieren que los Empaladores tenían una fuerza mayor, respaldadas por el descubrimiento de varias forjas-fortalezas ocultas durante la Herejía de Horus, enfocadas únicamente en la producción de ingenios.
Doctrina de combate
Bajo los mares cáusticos de su mundo natal, los Empaladores se vieron a menudo obligados a luchar cara a cara con sus presas, lo que llevó a una cultura de conflicto directo mucho más allá de la de poseían la mayoría de las otras legios. La sutileza no era un concepto que existiera en la mente de quienes servían a la Legio Laniaskara: llevaban la lucha a su enemigo, cazándolos dondequiera que pudieran esconderse. Contrariamente a los dictados prescritos por la Collegia Titanica, el uso de armamentos de corta distancia, como los puños-sierra y las garras de energía Arioch, era la norma entre los titanes de la Legio Laniaskara. Una de sus tácticas favoritas era desatar una punta de lanza de Reavers armados con armas de corto alcance sobre las fortificaciones enemigas, derribando los muros y destrozando todos los intentos de contraataque. Otra era emplear manípulos tanto Ferrox como Venator en entornos urbanos o mundos industriales, como lo hicieron durante el Asedio de Graia.
Los Empaladores harían que sus Warhounds se dispersaran por las calles y atraerían a los ingenios leales hacia los Reaver Laniaskara. De lo contrario, los Warhounds inmovilizarían a su enemigo para su destrucción más tarde. Se sabe que los Princeps de la Legio Laniaskara no tenían piedad por los débiles: los indignos eran aplastados sin consideraciones de honor o misericordia. Dado que habían estudiado durante largo tiempo los golpes necesarios para matar a un titán, Horus les brindó la oportunidad de poner ese conocimiento a prueba.
Equipo de guerra específico
Ceramita mordazizada – El logro más notable de Valia-Maximal fue su conocimiento y el desarrollo de placas de aleación de ceramita tratadas que demostraron ser altamente resistentes a impactos por plasma y sustancias corrosivas.
Titanes notables
Warhound
Bestia exuberante – Operativo durante la Gran Cruzada y la Herejía de Horus. Participó en el Asedio de Graia, desempeñando un papel importante junto a otros Warhound en los entornos urbanos del mundo Forja, donde se dispersarían por las calles y conducirían a las máquinas leales hacia los cañones de sus hermanos Reaver.
Reaver
Sangre de Valia – Operativo durante la Gran Cruzada y la Herejía de Horus. Típico de los Empaladores, Sangre de Valia favorecía las armas de combate cuerpo a cuerpo, incluyendo un puño-sierra y un cañón de fusión.
Warlord
Ensangrentado – Operativo durante la Gran Cruzada y la Herejía de Horus.
Personajes notables
Magos Dominus-Alpha Hieroneyum – Comandante general de los clados defensivos del Mundo Forja Traidora de Valia-Maximal durante la Herejía de Horus.
Aliados
Casa Igrake.
Apariencia
Colores
Los colores de la Legio Laniaskara son principalmente el rojo y el verde azulado, mientras que la superficie de sus ingenios es recortada en plata.
Heráldica
El escudo de la Legio Laniaskara es un cráneo rojo sangre empalado por una lanza, apuntando hacia arriba, con sangre goteando.
fuentes
Adeptus Titanicus: Crucible of Retribution. Páginas 6, 12, 14, 21-23, 26, 28, 30, 35, 38, 44-47 y 74.
- Adeptus Titanicus: Traitor Legios. Páginas 138-43.
- The Horus Heresy VI. Página 31.
- Warhammer Community – Crucible of Retribution: The Story.
Atribución
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